El buen gusto.

Me rechifla darle emoción a quitarle el envoltorio a los regalos, será por eso que suelo poner nerviosas a las mujeres al desnudarlas. En primer lugar la prisa es cosa de gente atareada y hacer el amor necesita de su liturgia como la del té en Japón. Conforme desato lazos o desabrocho sus botones imagino como será la ropa interior de ella, si a juego con los colores de la falda y blusa, si por el contrario no lleva nada, seda, encajes. Acompaño la tarea colocándome a su espalda besándole delicadamente el cuello desde la base hasta el hombro. Acariciar los senos es un tema enormemente delicado, por supuesto lo de dar tirones al broche del sujetador o quitarlo a la primera es cosa de niñatos. Un sujetador es en sí una obra delicada de ingeniería y esté totalmente seguro que lo ha elegido para quedar bien, así que sea un señor y alábelo. Si acaso deslice la palma de su mano abierta (asegúrese no tener las manos frías) entre la prenda y su pecho, ahora sí acaricie delicamente. Luego puede acariciar de forma cálida ambos por fuera, mientras, gire su cabeza y bėsela en la boca.La ropa interior es parte del juego preliminar, marca la pauta, el tempo de la melodía, por ello agradezco esos detalles tan personales. Una ropa interior bonita y femenina es junto al perfume el detalle magistral de la seducción.La escena continúa claro pero lo dejo a su imaginación.