Eres irresistible.

Qué ella no supiera que era una mujer irresistiblemente atractiva se debía a que no había conocido a un descubridor de mujeres irresistibles. Ese soy yo un experto en tesoros. No te rías le dije o tendré que que darte diez puntos más por divertida. Lo ves, ya te has dado cuenta, no soy normal, tampoco tu. No es que seamos anormales tan sólo escasos. Así nos conocimos, con una mezcla de caradura y guasa, no paraba de reírse por lo espontáneo y porque estaría ya harta de estar seria. Los cambios vitales son así,  no son producto de sesudas reflexiones, llegan y zas, como cuando el viento cierra una ventana dando un portazo. A partir de ahí todo sobre ruedas pero despacio, lentamente. Un acuerdo tácito sin hablarlo, nada de pasado, simplemente abrimos y cerramos un paréntesis  lleno de incógnitas del pasado todo atadito para la eternidad. Las únicas hojas muertas son las que comienzan a alfombrar el parque y como titulo de  una canción romántica.
Sin prisas, despacio, lentamente, no caer en esa tentación de especular sobre el futuro. Antes vivir el presente. Quizás ese es el error que ambos hemos tenido, el vivir años esperando un futuro y muertos en el presente.
Nos propusimos vivir uno de aquellos veranos de la adolescencia, en el que el comienzo del próximo curso quedaba lejos. Pasear, viajar, compartir algunos pocos amigos. Todo llego en su momento preciso.
El primer día que hicimos el amor vino por si solo, ninguno propuso nada, solo nos cogimos de la mano y nos pusimos frente a frente en la cama, de lado, tocándonos la nariz,  las orejas, como si queramos aprender uno del otro en braille,  cogí sus manos y las besé. Todo en pleno día,  sin cerrar las cortinas vimos atardecer. No se cuando nos desnudamos  pero de alguna forma lo hicimos con naturalidad.
Creo que es la primera vez que le hago el amor a un hombre me dijo y eso que tengo dos hijas en la universidad, no se si me entiendes. Era sábado al día siguiente y nos levantamos al mediodía. En mi caso yo había olvidado lo que era el deseo y la pasión en una mujer, le dije al besarla en la frente. Incluso  había perdido el mio
Sabes lo que me gustó de ti dijo ella?, que tuvieras ilusión en acercarte, que corrieras el riesgo por mi de hacer el ridículo, que te importará yo más que eso. Y que me hagas reír. Sobretodo que me hagas reirá.
Ayer se volvió loca comprando ropa, zapatos, bolsos, se fue a  la peluquería y de tarde me espero sentada en un banco de la calle. Estaba preciosa con sus zapatos rojos.